La palabra que definiría esto es: ¿Obra Maestra? ¿No se puede vivir sin haberla leído? Yo diría que sí, es una lectura obligatoria, al igual que sucede con «El Conde de Montecristo». Para mí, las obras de Dumas, incluyendo estas dos, son un verdadero fetiche. Este año, Planeta DeAgostini ha lanzado todas las obras ilustradas de Alejandro Dumas, lo que ha sido el catalizador para que me sumerja en «Los Tres Mosqueteros» y reservé los dos primeros tomos de «El Conde de Montecristo». Ya tengo en mis manos el primer volumen y estoy a la espera del segundo.
Todos estamos familiarizados con la historia de «Los Tres Mosqueteros», y de hecho, os comparto el enlace al podcast de la cadena SER, que me llevó a buscar esta obra después de haberla perdido en mudanzas y sentir la necesidad de tenerla nuevamente. Aquí la tenemos y la vamos a comentar.
En mi opinión, «Los Tres Mosqueteros» posiblemente sea una de las mejores obras literarias que existen. Su simplicidad y perfección desde varios ángulos la convierten en una lectura extraordinaria.
Como iba diciendo, se me llena la boca al hablar de esta obra y es más, se me ve el plumero. Un libro debe ser excepcional para que alguien, después de haber escuchado un resumen en audio como el del podcast de la SER que mencioné antes, decida volver a leerlo. He disfrutado y saboreado cada párrafo de este magnífico libro como un niño.
Lo que me encanta de esta obra es su atemporalidad. Por un lado, es una representación ficticia e histórica con personajes reales del pasado, pero la trama en sí no tiene por qué ser real. Ahora hablemos de la trama y de cómo me atrae el tratamiento de los personajes.
Ana de Austria, descendente Española, reina consorte y luego regente de Francia, inicia el hilo argumental a través de su amor por el Duque de Buckingham. Un inglés y eterno enemigo de Francia. Ese aspecto acrecienta el despecho de Richelieu. El cardenal que realmente reina Francía y quien está enamorado de ella. Este es el hilo conductor, pero lo que me fascina es que Ana se sienta libre de expresar su amor en una época en la que eso no estaba bien visto, y que los mosqueteros, fieles representantes y defensores del rey, la apoyen en su causa noble. Esto mola, pero lo que más mola, es como en la trama, hay dos antagonistas, cada uno de un género. Richelieu es la encarnación del demonio en hombre, y Milady, es la encarnación del mal expresada en mujer. Este aspecto de equilibrio y de realidad del ser humano sin polaridades me encanta y siempre me repetiré más que el ajo en este aspecto. Por eso la obra es atemporal.
Los mosqueteros y D’Artagnan reflejan las virtudes y los defectos humanos, pero no hay maldad en ellos, porque desean aprender. Y ahí está el clic de la obra que me emociona:
«Aprender».
Esta palabra, en una espiral ascendente con todos sus giros y dificultades que representa el proceso de aprendizaje. ¡Es genial!
«Aprender» es el motor, es la rótula del pistón que impulsa hacia la prosperidad. ¿Alguien ha oído un clic? En mi caso, sí, sin duda.
Para concluir, la trama tiene de todo: aventuras, intriga, ritmo, cliffhangers por todas partes, y capítulos cortos, que es lo que más me gusta y lo que suelo usar como escritor.
Y sobre las películas, solo mencionaré una que me marcó desde niño, la película de 1948 con Gene Kelly y Lana Turner. Por supuesto que hay muchísimas películas más, en especial me gusta mucho El Hombre De La Macara De Hierro, pero esta versión no trata de la novela que comentamos. En esta peli D´Artagnan ya es más mayor y no es el jovenzuelo de nuestra novela.
Y ahora sí, para acabar, os dejo el escrito de Arturo Pérez-Reverte aquí.
Cuatro Héroes Cansados: Es el texto original que se publicó bajo el mismo título en la revista XL Semanal en 1993, luego en el libro Obra breve en 1995, y prologó una edición especial del Círculo de Lectores sobre el ciclo de Los Mosqueteros.
¿Esta vez ya sabes que somos, no? ¡Swords!